24.8.10

Entre andenes



La bajada a Punta de las Arenas tiene su peligro. Una pierna mal puesta te puede llevar a Las Chacaritas sin pasar por el 112. En concreto el tramo que está en peores condiciones es el que se ve en la última foto entre las manchas blancas del risco al salir de la sombra, medio metro de vereda que cae en vertical con un suelo flojo de grava fina. Las lluvias, los años y las cabras, sobre todo los machos cabríos que no saben de senderismo, suben y bajan por donde les cuadra, han ido dejando el camino echadito a perder. A día de hoy la vía de La Soga que puso Yamil es más segura según él, aunque algo más exigente.
Yamil y Arturo viven en La Punta, al lado de la desembocadura del Barranquillo de La Arena (o Bllo. de Las Arenas). Casualidades del destino a los dos los conocía de antes de sitios distintos.
Entre estos andenes se recolectaba hasta el siglo 19 la orchilla, roccella canariensis, que se utilizaba para teñir tejidos de color púrpura. En la publicación de Francisco Suárez Moreno editada por los amigos de Infonorte Digital pueden hacerse una idea del peligro que era circular por estos andenes y la cantidad de vidas que se llevó el trabajo de orchillero.
En el año 87 tuve la oportunidad de seguir una vía que está perdida a la altura de donde conecta la ladera que va hacia las casas con el andén dirección sur. Desde ella bajé al barranquillo que conecta con La Piedra de la Fuente (o La Fuente de la Piedra) y me quedé en La Cueva del Gitano. Desde poco más allá de La Baja (del Cabo, el nombre da pistas) parte una vía que hay que subir primero por un cable, y que entre andenes comunica con el Mirador del Balcón, a través de la Degollada del Paso del Marinero, que Yamil nos contó con detalle las veces que hay que agacharse y pasar por túneles, las veces que se te clava en la espalda el risco haciendo piruetas al borde del vacío para no caerte. Él y el viejo, también llamado El Chino, otra persona que vivió en La Punta que hoy en día está en La Palma, caminaron estos andenes que vienen siendo los que transitaron los orchilleros.

El café supo a gloria al lado del apartamento de invitados.

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